¿Cuáles son los distintos niveles de sangrado del cerebro? ¿Qué consecuencias traen para el futuro del bebé?
El sangrado del cerebro se llama también hemorragia intraventricular (IVH por sus siglas en inglés). Es más común en los bebés prematuros muy pequeños (aquellos que pesan menos de 3 1/3 libras). El sangrado suele ocurrir en los primeros cuatro días de vida. Se produce por lo general cerca de los espacios llenos de fluido (ventrículos) en el centro del cerebro. Los síntomas del sangrado cerebral pueden incluir:
  • Succión débil al alimentarse
  • Llanto agudo
  • Apnea (pausa larga cuando respira)
  • Bradicardia (ritmo cardíaco lento)
  • Anemia (recuento bajo de glóbulos rojos, que significa menos oxígeno para el cerebro y los tejidos)

El sangrado del cerebro por lo general se clasifica de 1 a 4, siendo el más grave el 4 y el más leve el 1. Un ultrasonido puede determinar si el bebé tuvo sangrado del cerebro y cuán grave es.

La mayoría de los sangrados del cerebro son leves (grados 1 y 2) y se resuelven con pocos o sin problemas duraderos. El sangrado más grave puede causar dificultades al bebé durante la hospitalización y posibles complicaciones en el futuro. Algunos casos exigen el control cuidadoso del desarrollo del bebé durante el primer año de vida y posteriormente en la infancia. No existe un tratamiento específico para el sangrado del cerebro. Se les controla cuidadosamente en casi todos los bebés. Es posible que sea necesaria una operación si el fluido se acumula en el cerebro. Los bebés con sangrados graves pueden correr riesgos de tener problemas neurológicos (afecciones relacionadas con el cerebro y el sistema nervioso), como parálisis cerebral o convulsiones más tarde en la vida.