¿Qué pasa con las perforaciones de pezón durante el embarazo? ¿Qué pasa con la lactancia materna y las perforaciones de pezón?

Las mujeres que desean perforaciones de pezón deben esperar hasta después del parto. A medida que crecen los senos en preparación para amamantar, la piel quizás no se cierre ni cicatrice adecuadamente alrededor de la nueva perforación. Esto podría provocar una infección. Las perforaciones de pezón que se han cicatrizado por completo no deberían causar problemas durante el embarazo.

La inquietud principal de las perforaciones es el riesgo de infección. La nueva perforación puede infectarse fácilmente si no se la trata adecuadamente. Entre las señales de infección se incluyen:

  • Enrojecimiento
  • Hinchazón
  • Calor
  • Dolor
  • Pus que supura del lugar de la perforación

Si nota una de esas señales, hable de inmediato con su profesional de la salud.

Las agujas sucias pueden transmitir infecciones graves como la hepatitis y el VIH/SIDA. La hepatitis B es una infección grave del hígado. El VIH/SIDA es una enfermedad mortal que evita que el cuerpo combata otras infecciones. Tanto la hepatitis como el VIH pueden transmitirse a través de los fluidos corporales. Eso significa que usted puede contagiarse de una aguja sucia y que puede transmitir esa infección a su bebé.

Asegúrese de que la persona a cargo de la perforación siga todas las pautas de seguridad:

  • El salón de perforación debe tener una máquina, llamada autoclave, para esterilizar los instrumentos de perforación.
  • El salón debe estar limpio.
  • El encargado de la perforación debe usar guantes.
  • Los vendajes, agujas y joya o arete deben ser estériles, nuevos y sin abrir.

Avísele al encargado de la perforación que está embarazada. Cerciórese de que podrá comunicarse con él si tiene problemas después de hacerse la perforación.

Lactancia materna
La lactancia materna presenta inquietudes especiales para las mujeres con perforaciones de pezón. Algunas mujeres pierden la sensibilidad en el pezón después de la perforación. Eso puede afectar la lactancia materna y el flujo de leche al área justo detrás del pezón.

El riesgo principal para el bebé es el arete o joya del pezón. Por ejemplo, las joyas de barra pueden desprenderse durante la lactancia y hacer que el bebé se atragante. El metal duro también puede ser abrasivo para la boca del bebé. Es posible que produzca magulladuras en los labios, lengua y encías. Al bebé le puede dar problemas para adherir su boca pequeña al pezón si el arete o joya está interfiriendo.

Cuando se retira el arete o joya de la perforación, algunas mujeres comentan que la leche materna suele gotear por el agujero.