Convulsiones febriles
Una convulsión se caracteriza por espasmos musculares repentinos o pérdida de la conciencia. Algunas convulsiones se desencadenan por un estado febril (fiebre)�y se las conoce con el nombre de convulsiones febriles.

Las convulsiones febriles tienen tres características principales:

  • Por lo general son breves (no duran más de 15 minutos)
  • Ocurren sólo una vez durante un período de 24 horas
  • Atacan tanto el lado derecho como izquierdo del cuerpo

Las convulsiones que no cumplen estos tres criterios no son convulsiones febriles y pueden ser un signo de epilepsia. Alrededor de 3 ó 4 de cada 100 niños tienen por lo menos una convulsión febril entre los 6 meses y 5 años.

Aunque por lo general una convulsión febril no produce daño alguno al niño, puede ser sumamente aterradora para los padres. El cuerpo del niño se endurece, revuelve los ojos y no responde cuando le hablan. En otros casos, el niño puede caer al piso y sacudir bruscamente los brazos y piernas.

Las convulsiones, en general, se presentan durante la fase inicial de la enfermedad (como roséola, resfriados, infección gastrointestinal) mientras la temperatura asciende rápidamente. Un niño que tiene una convulsión febril, por lo general, no tiene epilepsia (convulsiones repetitivas), aunque tiene una probabilidad ligeramente mayor de manifestar esa afección que un niño que no la ha tenido.

No se sabe por qué algunos niños tienen convulsiones febriles y otros no. Los niños menores de un año que han tenido una convulsión febril tienen alrededor de un cincuenta por ciento de probabilidad de tener otra. En algunos casos, el médico recomienda medicamentos para evitar otras convulsiones febriles.

Qué puede hacer:
Si el niño tiene una convulsión, trate de protegerlo para que no se lastime. Acuéstelo en la cama o en el piso y retire todo objeto duro o filoso del área. Colóquelo de costado o con la cabeza hacia un costado para que no se ahogue en el caso de vómitos. No coloque nada en la boca del niño.

Si la convulsión dura más de 2 ó 3 minutos, o si el niño tiene dificultad para respirar, pida a alguien que solicite ayuda médica urgente mientras usted se queda con el niño. De lo contrario, una vez que haya terminado la convulsión, llame al médico o lleve al niño a la sala de emergencias.� El médico puede recomendar algunos estudios para descartar infecciones u otras causas.

Es importante que trate de evitar otra convulsión controlando que la temperatura del niño no suba cuando está enfermo. El médico puede recomendar la administración de acetaminofén/paracetamol (Tylenol) o ibuprofeno (Advil) para bebés y niños y baños de esponja con agua tibia.

No abrigue demasiado al niño cuando está enfermo o tiene fiebre. La temperatura puede subir todavía más si está vestido con varias capas de ropa.