El dolor es el conjunto de sentimientos que se sufren cuando un ser querido muere. Quizás sienta que no puede creer que su bebé murió. ¿Cómo pudo haber sucedido? Se sentirá triste, enojada, confundida o sola. Quizás sienta deseos de gritar o llorar. Tal vez quiera culpar a alguien. O quizás sienta deseos de esconderse bajo una manta y jamás salir de ese refugio. En ocasiones sentirá que no puede contener sus sentimientos.
La muerte del bebé puede causarle un profundo dolor. Quizás sienta el dolor de varias formas, como por ejemplo:
- Se siente triste o deprimida.
- Se enoja consigo misma, con su pareja o con otras personas.
- Se enferma fácilmente con resfriados o dolores de estómago.
- Se olvida de cosas o le cuesta concentrarse.
- Se siente culpable de cosas que sucedieron durante el embarazo o después del nacimiento del bebé.
Cuando el bebé muere, se desvanece también su esperanza de ser madre. Desaparece el sueño de tener a su bebé en brazos y verlo crecer. Tanto de lo que deseó y planeó se ha perdido. Eso deja un espacio enorme y vacío dentro de usted. Lleva tiempo cicatrizar ese espacio vacío.
Es posible que nunca supere totalmente la muerte de su bebé. Pero sí podrá pasar del dolor a la recuperación. A medida que transcurre el tiempo, el dolor se va aliviando. Hará un lugar en su corazón y mente en el que recordar a su bebé. Con el tiempo, encontrará paz y se sentirá lista para pensar en el futuro.
Es posible que el duelo por su bebé dure mucho tiempo. Incluso su vida entera. No hay una cantidad exacta de tiempo para pasar por el dolor y el duelo. Dura el tiempo que le tome a usted.