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  Herpes Genital

El herpes genital es una enfermedad que se transmite sexualmente y que puede afectar gravemente la salud de los bebés recién nacidos infectados.  Alrededor de 45 millones de personas tienen herpes genital en los Estados Unidos.1 Cada año se producen hasta un millón de casos nuevos,2 entre 1,200 y 1,500 de ellos en bebés recién nacidos.3

Si bien la mayoría de las mujeres con herpes genital tiene bebés saludables, un pequeño número transmite el virus a su bebé durante el trabajo de parto y el alumbramiento. Por esta razón, es especialmente importante que las mujeres embarazadas reconozcan los síntomas del herpes genital y procuren obtener tratamiento médico inmediatamente si creen que están infectadas. Las mujeres embarazadas también deben informar a su médico si han tenido herpes antes para que éste pueda tomar las medidas necesarias para proteger al bebé contra la infección.

¿Cuáles son las causas del herpes genital?
El herpes es causado por los virus de herpes simple, que son similares a los que producen la varicela y la culebrilla (también llamada �herpes zóster�). Después de la infección inicial, los virus del herpes simple pueden ocultarse dentro de las células nerviosas, donde el sistema inmune del cuerpo no puede alcanzarlos. Es entonces que, en condiciones favorables, los virus pueden lanzar nuevos ataques.

Hay dos tipos principales de virus del herpes simple: el tipo 1, generalmente relacionado con llagas o inflamaciones en la boca y los labios, y el tipo 2, que, por lo general, produce llagas en los genitales. Sin embargo, cualquiera de los dos tipos puede producir infecciones en la zona de la boca o en la zona genital, y las mujeres embarazadas con llagas genitales provocadas por cualquiera de los dos tipos de virus herpético simple pueden pasar la infección a sus bebés.

Diversos factores medioambientales �tales como el calor, la fricción, las relaciones sexuales, la menstruación, la fiebre o el estrés emocional� pueden dar inicio a una nueva erupción de llagas. Una persona infectada típica experimenta entre cuatro y cinco recurrencias por año. Con el transcurso del tiempo, las erupciones tienden a ser menos frecuentes y más leves.

¿Cómo se transmite el herpes?
El herpes se transmite por contacto directo con la persona infectada. Una persona puede contraer herpes genital durante una relación sexual o mediante el contacto oral-genital con una persona infectada. Además, una persona infectada puede llevar el virus de una parte de su cuerpo a otra si no tiene las manos limpias. Por ejemplo, las personas con llagas en la boca o los labios siempre deben lavarse bien las manos si estuvieron en contacto con la saliva antes de tocar la zona genital.

Los niños suelen infectarse con el herpes tipo 1 durante los primeros años de vida. Esto puede producirse cuando el niño tiene contacto directo con las llagas del herpes oral (por ejemplo, cuando lo besa una persona que tiene este tipo de virus del herpes) o con saliva que contiene el virus (por ejemplo, si se lleva los dedos a los labios después de haber tocado saliva infectada).

¿Cuáles son los síntomas del herpes genital?
Al poco tiempo de contraer el herpe, suelen aparecer grupos de llagas pequeñas en la zona genital. Estas llagas pican y duelen. Luego se rompen y dejan úlceras dolorosas. A menudo van acompañadas de fiebre, fatiga, dolores y descargas de la uretra o de la vagina. Los médicos diagnostican el herpes examinando las llagas o tomando una muestra de la secreción de las llagas con un hisopo y realizando algunos análisis de laboratorio (como un cultivo viral, o en algunos casos, una prueba más reciente llamada reacción de la cadena de polimerasa [PCR]). Los médicos también pueden realizar un análisis de sangre para confirmar el diagnóstico.

La primera crisis, llamada primaria, puede durar de dos a cuatro semanas. Por lo general, las erupciones recurrentes son más breves y leves.

Sin embargo, la mayoría de las infecciones por herpes, tanto primarias como recurrentes, no produce síntoma alguno. Por lo general, estas infecciones asintomáticas (o silenciosas) no son diagnosticadas y, por esta razón, el 90 por ciento de las personas con herpes genital no sabe que está infectada.3 No obstante, las personas con infecciones asintomáticas pueden transmitir el virus a otros, incluyendo a los bebés recién nacidos.
 
¿Cómo se trata el herpes genital en los adultos?
No existe una cura para el herpes, pero hay tres medicamentos antivirales que pueden reducir la duración de las crisis y ayudar a aliviar los síntomas: aciclovir, valaciclovir y famciclovir. El médico puede indicar uno de estos medicamentos cuando una persona tiene una crisis primaria o recurrente de herpes con síntomas graves. En algunos casos, el médico también puede recomendar el tratamiento diario con uno de estos medicamentos para reducir las crisis en los pacientes que las padecen con frecuencia.

Las mujeres embarazadas que tienen una crisis primaria de herpes suelen tratarse con aciclovir.3,4 Aparentemente, este medicamento no presenta riesgos para el embarazo y no se ha asociado con defectos congénitos durante más de 20 años de uso.3,5 El valaciclovir y el famciclovir por lo general no se recomiendan durante el embarazo ya que no se conoce tan bien qué riesgos puede implicar su uso.3

¿Qué riesgos presenta el herpes durante el embarazo?
Aproximadamente una de cada cuatro mujeres embarazadas está infectada con herpes genital, aunque la mayoría no lo sabe.3 Afortunadamente, sólo un pequeño número transmite la infección a sus bebés.

Las mujeres que contraen herpes genital por primera vez cerca de la fecha del parto tienen entre de un 30 a un 50 por ciento de probabilidades de transmitir la infección a sus bebés durante un parto vaginal, tengan o no síntomas.4 El riesgo es tan alto porque la mujer embarazada que acaba de contagiarse con el herpes no ha podido producir todavía los anticuerpos contra la enfermedad que podrían ayudarla a proteger a su bebé durante el parto. Los estudios sugieren que alrededor del dos por ciento de las mujeres embarazadas que nunca antes han tenido herpes lo contrae durante el embarazo.3

Las mujeres que tuvieron la enfermedad antes del embarazo y padecen un rebrote o una infección silenciosa en el momento del parto vaginal tienen sólo aproximadamente un tres por ciento de probabilidades de contagiar a sus bebés.3 En ocasiones, lo que parece ser el primer episodio grave de herpes durante el embarazo puede ser un rebrote de una infección inicialmente silenciosa. El riesgo de que estas mujeres infecten a sus bebés es bajo. En algunos casos, los análisis de sangre pueden diferenciar entre una infección nueva y la recurrencia de una infección anterior.

¿Hay otras maneras en que puedan contagiarse los bebés?
Si bien la mayoría de los bebés contrae el herpes de su madre en el momento de nacer, en casos esporádicos el bebé puede contraer la enfermedad antes de su nacimiento.3 Un pequeño número de bebés contrae la enfermedad después del nacimiento (por ejemplo, si alguien con una llaga herpética en la boca le da un beso). Una persona con llagas orales no debe besar a un bebé ni tocarlo después de tocarse la llaga.

¿Cuáles son los síntomas de la infección de herpes en el recién nacido?
Algunos bebés recién nacidos que tienen esta infección desarrollan llagas en la piel o en la boca, o infecciones en los ojos. Cuando la infección se limita a estos órganos, la mayoría de los bebés continúa desarrollándose normalmente, si bien pueden producirse daños graves permanentes en los nervios o en los ojos.

Sin embargo, a menudo las infecciones de herpes en los recién nacidos llegan al cerebro y a muchos órganos internos. Los bebés infectados pueden parecer irritables, comer poco y sufrir convulsiones. Incluso con tratamiento, cerca del 30 por ciento de los lactantes con infecciones generalizadas que afectan a los órganos muere, al igual que aproximadamente el cuatro por ciento de los que padecen infecciones cerebrales.3 Muchos de los bebés que sobreviven a las infecciones generalizadas y a las infecciones cerebrales desarrollan incapacidades permanentes, como retraso mental, parálisis cerebral, convulsiones, ceguera o sordera.

¿Cómo se trata a los bebés recién nacidos infectados?
Los bebés recién nacidos infectados se tratan con aciclovir.4,6 Este medicamento es bastante eficaz en el tratamiento de infecciones localizadas en los ojos, la piel o la boca. Es importante tratar a los bebés infectados rápidamente antes de que se disemine la infección ya que el aciclovir es menos eficaz una vez que la infección se ha diseminado al cerebro y a otros órganos internos.

Si la madre tiene herpes, ¿cómo se puede proteger al bebé de la infección?
Si una mujer embarazada tiene antecedentes de herpes genital, su médico la examinará cuidadosamente para detectar cualquier signo de infección antes de que entre en parto. Si la mujer embarazada tiene una infección activa (primaria o recurrente) en el momento del parto, es posible proteger al bebé mediante una cesárea.3,5 La mayoría de las mujeres con herpes recurrente puede dar a luz por vía vaginal sin correr riesgos si no hay signos de infección en el momento del parto.

Algunos médicos recomiendan usar aciclovir durante el último mes de embarazo a aquellas mujeres que han tenido una infección primaria durante el embarazo o que tienen brotes recurrentes. Algunos estudios sugieren que este tratamiento puede ayudar a prevenir las infecciones activas durante el trabajo de parto y el alumbramiento y a reducir la necesidad de un parto por cesárea.3,5

Sin embargo, la mayoría de las madres de bebés con infecciones por herpes no presenta signos ni síntomas de herpes activa en el momento del parto.3 Los médicos aún no han desarrollado un buen método para proteger al bebé cuando sus madres tienen una infección silenciosa en el momento del parto. Los análisis de cultivos virales no son útiles durante el trabajo de parto y el alumbramiento ya que los resultados tardan de uno a tres días. Los investigadores están trabajando en el desarrollo de vacunas y análisis de sangre que permitan un diagnóstico más rápido durante el trabajo de parto para reducir el número de infecciones en los bebés recién nacidos.

¿Cómo puede una mujer evitar contraer el herpes genital durante el embarazo?
Si la mujer embarazada no tiene antecedentes de herpes genital, debe tomar precauciones especiales para no infectarse, especialmente durante el último trimestre, cuando el riesgo para el bebé es mayor. Si la pareja de la mujer embarazada tiene antecedentes de herpes, es conveniente que se realice un análisis para determinar si está o no infectada (ya que podría tener una infección silenciosa). Si no tiene herpes, es posible que el médico le recomiende evitar las relaciones sexuales y el contacto oral-genital durante el último trimestre. Antes del último trimestre, debe evitar las relaciones sexuales mientras tenga síntomas de la infección y su pareja debe utilizar un preservativo si tiene síntomas (ya que no puede saber si tiene una infección silenciosa). También puede consultar a su médico acerca de la conveniencia de realizarse un tratamiento antiviral preventivo, que puede reducir el riesgo de transmitir la infección a su pareja.
 
¿Apoya March of Dimes la investigación sobre las infecciones por herpes en los bebés recién nacidos?
March of Dimes ha otorgado varias becas de investigación destinadas a la prevención y tratamiento de las infecciones por herpes en los bebés recién nacidos. Un investigador, por ejemplo, está trabajando en el desarrollo de una vacuna para reforzar la respuesta inmune y prevenir el daño cerebral y la muerte resultantes de la infección por herpes en los recién nacidos. Otro investigador está estudiando cómo el virus invade el sistema nervioso central del recién nacido para desarrollar medicamentos antivirales capaces de prevenir las complicaciones de las infecciones por herpes en los recién nacidos.

Referencias
1. Centers for Disease Control and Prevention (CDC). Genital Herpes Fact Sheet. Actualizado: 4 de enero de 2008, www.cdc.gov/std/Herpes/STDFact-Herpes.htm.

2. Gardella, C. y Brown, Z.A. Serologic Testing for Herpes Simplex Virus. Contemporary Ob/Gyn, octubre de 2007, págs. 54-58.

3. American College of Obstetricians and Gynecologists (ACOG). Management of Herpes in Pregnancy. ACOG Practice Bulletin, número 82, junio de 2007.

4. Centers for Disease Control and Prevention (CDC). Sexually Transmitted Diseases Treatment Guidelines 2006. Morbidity and Mortality Weekly Report, volumen 55, RR-11, 4 de agosto de 2006.

5. Brown, Z.A., et al. Genital Herpes Complicating Pregnancy. Obstetrics and Gynecology, volumen 106, número 4, octubre de 2005, págs. 845-856.

6. Kimberlin, D.W., et al. Natural History of Neonatal Herpes Simplex Virus Infections in the Acyclovir Era. Pediatrics, volumen 108, número 2, agosto de 2001.

Agosto del 2008

 
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