Monóxido de carbono
El monóxido de carbono (CO) es un gas que no tiene gusto, color ni olor. Es producido por los electrodomésticos, calentadores, automóviles y camionetas.
Si una persona respira demasiado monóxido de carbono, la sangre tendrá problemas para transportar oxígeno. El envenenamiento con monóxido de carbono puede causar dolores de cabeza, náuseas, falta de aliento, fatiga, confusión, desmayo, daño pulmonar, daño cerebral e incluso la muerte. Es más peligroso para los niños que para los adultos.
En las viviendas, el monóxido de carbono puede quedar atrapado si:
- Los electrodomésticos, las calderas y las estufas no están funcionando adecuadamente.
- Se usa una parrilla de carbón en un espacio cerrado.
- Se deja un automóvil encendido en un garaje adosado a la vivienda.
Qué puede hacer para proteger a su hijo del envenenamiento con monóxido de carbono
- Instale detectores de monóxido de carbono en su casa, en especial cerca de los dormitorios. Encontrará los detectores en ferreterías y tiendas de artículos para el hogar. Controle periódicamente las pilas para cerciorarse de que los detectores están funcionando.
- No caliente su casa con una estufa de gas ni con el horno.
- No use parrillas de carbón ni estufas de campamento en la casa ni en otros lugares cerrados.
- No deje su automóvil o camioneta encendida en el garaje adosado a la casa aunque la puerta esté abierta.
- Asegúrese de inspeccionar y mantener todos los años las calderas, estufas de leña, aparatos domésticos de gas y chimeneas.
- No queme nada en estufas o chimeneas sin ventilación o salida exterior.
- Si sospecha el envenenamiento con monóxido de carbono y usted o su hijo se siente mareado, débil o con náuseas, salga de la casa y pida atención médica lo antes posible.
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