Complicaciones del embarazo
Placenta accreta, increta y percreta
Puntos clave
- La placenta proporciona alimentos y oxígeno a su bebé.
- A veces la placenta se adhiere a la pared del útero con demasiada profundidad, lo cual puede causar muchos problemas.
- Si bien son poco comunes, esas condiciones pueden causar sangrado peligroso.
- Hable con su profesional de la salud si sangra de la vagina durante el embarazo.
La placenta crece en el útero (matriz) y suministra alimentos y oxígeno al bebé a través del cordón umbilical.
Normalmente la placenta crece en la parte superior del útero y permanece ahí hasta que nace su bebé. Durante la última etapa del parto, después de haber dado a luz, la placenta se separa de la pared del útero, y sus contracciones ayudan a empujarla hacia la vagina (canal de parto). A esto se le llama también expulsión o alumbramiento de la placenta.
A veces la placenta se adhiere a la pared del útero con demasiada profundidad y no sale después de dar a luz (expulsión o alumbramiento de la placenta). Esto puede causar problemas como por ejemplo:
- Placenta acreta – La placenta se adhiere con demasiada profundidad y firmeza al útero.
- Placenta increta – La placenta se adhiere aun con más profundidad en la pared muscular del útero.
- Placenta percreta – La placenta se adhiere y crece a través del útero, extendiéndose en ocasiones a los órganos cercanos, como la vejiga.
En estas condiciones, la placenta no se separa completamente del útero después de dar a luz. Eso puede causar sangrado peligroso. Esas condiciones suceden en alrededor de 1 de cada 530 nacimientos por año.
¿Cuáles son las señales de esas condiciones placentarias?
Las condiciones placentarias pueden causar sangrado vaginal en el tercer trimestre. Llame a su profesional de la salud de inmediato si tiene sangrado vaginal en cualquier momento durante el embarazo. Si el sangrado es severo, vaya inmediatamente al hospital.
¿Cómo se diagnostican esas condiciones placentarias?
Por lo general, esas condiciones se diagnostican mediante ultrasonido. En algunos casos, su profesional puede usar imagen de resonancia magnética (MRI). La MRI es una prueba médica que forma una imagen detallada del interior del cuerpo. La prueba es indolora y segura para usted y su bebé, e indicará si podría haber problemas con la expulsión o alumbramiento de la placenta.
¿Cómo se tratan esas condiciones placentarias?
Cuando se encuentran esas condiciones antes del parto, su profesional puede recomendar una cesárea inmediatamente seguida de una histerectomía. Ello puede ayudar a prevenir que el sangrado sea potencialmente mortal. La cesárea es una operación en la que su bebé nace mediante un corte que el profesional le hace a usted en el abdomen y en el útero. La histerectomía es cuando el útero se extrae mediante cirugía. Sin el útero, no puede embarazarse otra vez en el futuro.
Si tiene una condición placentaria, se desconoce el mejor momento para tener a su bebé. Pero su profesional puede recomendar que dé a luz entre las 34 y 38 semanas de embarazo para ayudar a prevenir el sangrado peligroso. El profesional también se preparará para otros procedimientos de emergencia que pudiesen suceder, tal como una transfusión de sangre. Si usted desea tener embarazos futuros, su profesional puede usar tratamientos especiales antes de la cesárea para tratar de controlar el sangrado y salvarle el útero.
Si su profesional encuentra que la placenta no se separa después de dar a luz, puede tratar de retirar la placenta en cirugía para detener el sangrado.
Hay algunos métodos como el uso de suturas especiales para detener el sangrado grave de los vasos sanguíneos o el uso de un globo (Bakri) que se puede situar dentro del útero para bloquear el sangrado. Si estos métodos no detienen el sangrado, es necesario hacer una histerectomía.
¿Qué causa esas condiciones placentarias?
No se sabe qué causa esos tipos de condiciones placentarias. Esas condiciones también suceden donde hay una cicatriz de una cirugía, como haber tenido una cesárea anterior, o después de quitar un tumor que crece en la pared del útero (fibroide).
Si ha tenido una cesárea, tiene más probabilidad de tener esos tipos de condiciones que si hubiera tenido un parto vaginal. Y cuantas más cesáreas haya tenido, más probable es que tenga esos problemas de placenta.
Entre los factores que pueden aumentar las probabilidades de esas condiciones placentarias se incluyen:
- Fumar cigarrillos
- Cesárea previa
- Cirugía previa en el útero
- Dilatación y raspado previo
- Ser mayor de 35 años
- Haberse embarazado anteriormente
- Haber recibido radiación en la pelvis, posiblemente durante el tratamiento de cáncer
- Tener placenta previa
- Tener endometriosis
- Embarazarse mediante fertilización in vitro (IVF)
¿Cómo puede reducir su riesgo de condiciones placentarias?
Una manera de reducir sus probabilidades de tener esos tipos de condiciones placentarias en embarazos futuros es tener sus bebés por parto vaginal en lugar de cesárea, si es posible. Hágase una cesárea únicamente si usted o su bebé tiene problemas de salud que la hacen necesaria por motivos médicos. Para algunas personas y bebés con problemas de salud, la cesárea es menos peligrosa que el parto vaginal.
Si su embarazo es sano, es mejor continuar el embarazo hasta que el parto comience por sí solo. No programe una cesárea por motivos que no son médicos, como querer que su bebé nazca un día en particular o porque siente incomodidad y desea tener al bebé antes de la fecha prevista de parto.
Aunque ya haya tenido una cesárea, quizás pueda tener a su próximo bebé por parto vaginal. A eso se le llama parto vaginal después de una cesárea (VBAC). Quizás pueda tener un VBAC dependiendo del tipo de incisión (corte) que se le haya hecho en la cesárea y de la salud general de su embarazo. Hable con su profesional si considera que el VBAC puede ser una opción para usted.
¿Cuáles son otros problemas placentarios?
En algunos casos, la placenta no se desarrolla correctamente ni funciona tan bien como debiera. Puede ser demasiado delgada, demasiado gruesa o tener un lóbulo extra. El cordón umbilical puede no estar adherido correctamente. Quizás el cordón tenga dos vasos en vez de tres. Los problemas como infecciones, coágulos de sangre e infartos (un área de tejido muerto, como una cicatriz) pueden suceder durante el embarazo y dañar la placenta. Algunos de esos problemas se pueden diagnosticar durante sus ultrasonidos de rutina y seguirse de cerca para asegurarse de que no causen otros problemas.
Los problemas placentarios como esos pueden dar lugar a riesgos de salud para usted y su bebé. Algunos de esos riesgos incluyen:
- Puede tener un aborto espontáneo.
- Su bebé no crece tan bien como debiera durante el embarazo.
- Puede tener más sangrado en el parto.
- Puede tener un parto prematuro. Es el nacimiento que ocurre demasiado pronto, antes de las 37 semanas de embarazo.
- Su bebé puede tener defectos de nacimiento.
Su profesional examina la placenta después del parto para verificar que sea normal y que se haya expulsado por completo. Algunas veces se envía la placenta a un laboratorio para analizarla, en particular si el bebé tiene ciertos problemas de salud como mal crecimiento. Los resultados de ese análisis se denominan patología y usted puede preguntar al respecto en su visita posparto.
Enero de 2022