Cada vez que acuda a su visita�prenatal, el profesional le tomará la presión arterial para ver si está alta y revisará si hay proteína en la orina. Con esos análisis podrá ver si hay señales de preeclampsia, que también se conoce como toxemia o hipertensión inducida por el embarazo.�Es más probable que suceda en los primeros embarazos y después de la semana 20. Para muchas mujeres, si el médico controla las señales de preeclampsia, el embarazo continuará normalmente. En casos graves, la preeclampsia puede ser mortal para la madre y el bebé. La única �cura� es el nacimiento del bebé.
Su bebé: El bebé seguirá teniendo un crecimiento fenomenal aumentando de peso y alargándose. La piel parecerá menos arrugada por la acumulación de grasa. Medirá alrededor de 14½ pulgadas (37 cm)�de la coronilla a las nalgas y pesará aproximadamente 2 libras (casi 1 kg).
Su cuerpo: Seguirá aumentando de peso a un ritmo de alrededor de ¾ a 1 libra (entre unos 300 gramos a casi 500 gramos)�por semana. Al crecer el abdomen, sentirá dolores de espalda con más frecuencia. Quizás tenga problemas para dormir porque es más difícil sentirse cómoda con el cuerpo que crece. Su prioridad debe ser descansar lo suficiente y comer bien.
Lo que puede hacer: No deje de acudir a todas las visitas prenatales, aunque se sienta bien. Llame al profesional de la salud de inmediato si tiene alguna de las señales de la preeclampsia: hinchazón repentina de la cara o manos, dolores de cabeza agudos, dolor fuerte de estómago o se le nubla la vista. La hinchazón leve de manos y pies es normal por la mayor cantidad de fluidos corporales. Ésta suele desaparecer de un día al otro o después de descansar.