La quinta enfermedad es una enfermedad de la infancia que puede conllevar riesgos para el feto si la madre la contrae durante el embarazo.
Aproximadamente el 50 por ciento de las mujeres embarazadas es inmune a la quinta enfermedad porque ya la ha tenido antes.1 (No existe ninguna vacuna contra esta infección.) Las mujeres inmunes a la quinta enfermedad no pueden infectarse y no necesitan preocuparse al respecto durante el embarazo. Sin embargo, la mayoría de las mujeres no sabe si la ha tenido alguna vez. Por esta razón, se aconseja a las mujeres embarazadas hablar sobre la enfermedad con su médico durante su primera visita prenatal.
¿Qué es la quinta enfermedad?
La quinta enfermedad (erythema infectiosum) es una enfermedad común normalmente leve que se contagia por vía respiratoria al exponerse a la tos o estornudos de una persona infectada. En los niños, provoca una erupción cutánea distintiva en la cara (con el aspecto de una mejilla abofeteada) y, con menor frecuencia, fiebre baja, dolor de cabeza, dolor de garganta y dolor en las articulaciones. Los adultos infectados son menos propensos a desarrollar una erupción pero suelen experimentar dolor en las articulaciones e hinchazón, a veces con síntomas leves similares a los de la gripe. Normalmente, los síntomas aparecen de cuatro a 14 días después de la exposición a la enfermedad.
La quinta enfermedad es causada por el parvovirus B19. Se le dio este nombre hace muchos años cuando apareció quinta en una lista de las que se consideraban las causas más comunes de erupción cutánea y fiebre en los niños.
Muchas personas infectadas no presentan síntomas. Aproximadamente el 50 por ciento de los adultos ha tenido la infección durante la infancia, con frecuencia sin saberlo.2
¿Cómo se diagnostica la quinta enfermedad?
Cuando hay erupción cutánea, la quinta enfermedad se puede diagnosticar mediante un examen físico. Si no hay erupción, los análisis de sangre pueden ayudar a diagnosticar la enfermedad.3
¿Qué riesgo supone la infección por parvovirus B19 para el feto?
La infección fetal es muy poco frecuente. No obstante, cuando un feto se infecta, el virus puede menoscabar la capacidad de su organismo de producir glóbulos rojos, lo cual lleva a una forma peligrosa de anemia que puede producir insuficiencia cardíaca. Hasta el seis por ciento de los fetos infectados muere.3 Las muertes fetales son más probables cuando la mujer embarazada contrae la infección durante las primeras 20 semanas de embarazo.1
No se ha comprobado que la quinta enfermedad cause otros defectos congénitos.2
¿Con qué frecuencia se produce la quinta enfermedad durante el embarazo?
Aproximadamente una de cada 400 mujeres contrae esta enfermedad durante el embarazo en los Estados Unidos.4
¿Quiénes corren riesgo de contraer la quinta enfermedad?
Cualquier persona no inmune puede contraer esta enfermedad, por lo que es conveniente que la mujer embarazada suponga que no es inmune. Las mujeres con mayor riesgo de exposición son las madres con niños pequeños y las que trabajan como maestras o cuidan niños. Para reducir el riesgo de infección, las mujeres embarazadas deben lavarse bien las manos después de tocar pañuelos de papel usados por niños infectados y desecharlos inmediatamente. También deben evitar compartir vasos y utensilios con personas que hayan estado expuestas a la enfermedad mediante un análisis de sangre se puede determinar si una persona es inmune o no.
¿Qué debe hacer una mujer embarazada si ha estado expuesta a la quinta enfermedad?
Las mujeres embarazadas que han estado expuestas a la quinta enfermedad deben consultar a su médico inmediatamente. Si estuvieron expuestas a una persona infectada durante la etapa contagiosa de la enfermedad (generalmente antes de que aparezca la erupción), es posible que el médico le recomiende realizarse un análisis de sangre para determinar si ha tenido la quinta enfermedad antes y si es inmune o ha contraído la enfermedad.
¿Cómo se trata la quinta enfermedad en las mujeres embarazadas?
No existe ningún medicamento para tratar la quinta enfermedad. Si una mujer embarazada contrae la enfermedad, el médico realizará un seguimiento estricto durante el embarazo para detectar cualquier problema en el feto. Seguramente, le recomendará la realización de exámenes de ultrasonido periódicos (en forma semanal o semana por medio) durante ocho a 12 semanas después de la infección.4 Si el ultrasonido no muestra ningún problema durante este tiempo, no será necesario realizar más análisis ni estudios.
Los investigadores están buscando la manera más eficaz de tratar a los fetos afectados con anemia severa y otras complicaciones de la quinta enfermedad. Si el ultrasonido sugiere que el feto está sufriendo complicaciones, el médico podrá recomendar una amniocentesis (que consiste en la inserción de una aguja fina en el útero para extraer una pequeña muestra de líquido amniótico) para confirmar la infección. En algunos casos, el médico también podrá indicar un procedimiento llamado cordocentesis (que consiste en introducir una aguja fina en una vena en el cordón umbilical para tomar una pequeña muestra de sangre del feto) para determinar la gravedad de la anemia fetal. La aguja introducida también se puede utilizar para realizar una transfusión de sangre directamente a una vena umbilical. Aún no se ha determinado la eficacia de este tratamiento, aunque algunos estudios sugieren que hasta el 80 por ciento de los fetos gravemente enfermos sobrevive después de una transfusión de sangre intrauterina.4 Algunos fetos con complicaciones graves de la infección por parvovirus se han recuperado sin tratamiento y tienen un aspecto normal al nacer.4